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QUINIENTOS AÑOS…9 RIBERAS DE SANTIAGO Y PRIMER AMARA La historia del barrio de Amara está vinculada al río Urumea (agua fina), que hasta hace apenas un siglo ocupaba gran parte de su actual ensanche. Conocido el terreno como “Riberas de Loyola”, la construcción de las vías del ferrocarril, en 1864, lo dividió, creándose las llamadas “ Riberas de Santiago”, por encontrarse junto al caserío del mismo nombre que se ubicaba en la actual calle de Catalina de Erauso. La primera construcción conocida en las primitivas riberas fue el molino de marea “Errota Berri” al que siguieron distintos caseríos repartidos por los alrededores, algunos cuyos nombres están presentes en las denominaciones dadas a distintas calles y plazas del ensanche. Cuando en la década de 1870 San Sebastián conoció los límites del ensanche Cortazar (Alameda-Avenida), todo lo que se fue ganando al Urumea hacia el caserío Amara (en el siglo XVI la zona era citada como Amada), que se encontraba en la actual calle del mismo nombre, fue conocido como Ensanche de Amara, que comprendía desde la Avenida de la Libertad hasta la plaza del centenario, que dio paso al barrio de Amara (hoy conocido como Amara Zaharra). Casi un siglo después, en la década de 1950 comenzó a llamarse Ensanche de Amara o Amara Nuevo a la parte comprendida entre la plaza del Centenario y Anoeta. DISTINTOS PROYECTOS URBANISTICOS Documentalmente, el ensanche de Amara comienza el año 1895 cuando los arquitectos Nemesio Barrio y José Goicoa presentan en el Ayuntamiento una memoria para recuperar los terrenos que nos ocupan, siendo el principal obstáculo el hecho de que la mayor parte del espacio era privado. Cuatro años mas tarde sería el ingeniero Marcelo Sarasola quien presentaría un proyecto, que fue aprobado en 1905, para encauzar el Urumea entre el puente María Cristina y el Puente de Hierro. La ambiciosa idea, que suponía retirar las aguas de la Ribera de Santiago, fue seguida por la convocatoria, en el año 1914, de un concurso para diseñar el urbanismo de nuevo barrio siguiendo las ideas presentadas el año anterior por Horancio Azqueta. Se presentaron dos proyectos: el de los arquitectos Horancio Azqueta y José Gurruchaga y el de el también arquitecto Eugenio Villarino. El año 1922 se aceptaron ambos trabajos, aunque finalmente se dio prioridad al que Azqueta y Gurruchaga. De todos modos, dos años más tarde y ya comenzadas las obras del encauzamiento, éstas fueron realizadas por el arquitecto municipal Juan Machimbarrena. El río Urumea sería desviado por su actual cauce el año 1924--1926, y unos años más tarde se procedería a la convocatoria de un nuevo concurso al que se presentaron el propio Machimbarrena y Gaiztarro. La aprobación de este proyecto en 1940 supuso la anulación del aceptado en 1922. Los autores de la idea preveían un nuevo barrio con 20.000 habitantes, inmenso parque, una ciudad jardín junto a las vías del tranvía, manzanas abiertas y plazas porticadas con un cuarto puente que comunicaría la plaza Pío XII con Mundaiz. Pero el Plan de Ordenación Urbana de San Sebastián, aprobado en 1962, modificó el proyecto dividiéndolo en tres fases muy concretas: la primera correspondía a la Avenida de Stadium (Avenida de Madrid) hasta Anoeta; la segunda comprendía la parte más cercana al Urumea y al ferrocarril y la tercera llegaba desde la plaza del Centenario hasta la de Pío XII. PRIMEROS PASOS DEL NUEVO ENSANCHE Casi terminados los años cuarenta del siglo XX, pudo verse la primera casa, construida junto al apeadero del “Topo”, frente al paso a nivel de Anoeta, y a continuación, ya en los cincuenta, a partir del parque de Amara fue haciéndose realidad el nuevo Ensanche. Pronto quedaron tan solo en el recuerdo los circuitos internacionales de Amara destinados a coches y motos o las tradicionales ferias de San Juan, que si muchos años atrás ya habían abandonado la plaza del Centenario ahora tenían que desalojar la Avenida de Sancho el Sabio y la plaza Pío XII para desplazarse hasta el puente de Hierro…. Los grandes premios motoristas de San Sebastián supusieron las primeras citas masivas de donostiarras en el futuro ensanche de Amara, llegándose a publicar cartas del alcalde para que los empresarios dieran “asueto” a sus obreros y empleados cuando había carreras. El circuito, formado por la hoy Avenida de Madrid, paseo de Zorroaga, calle de los Corsarios, paseo de Bizkaia, calle del Parque, Avenida de Sancho el Sabio y Plaza Pío XII, contaba como protagonista con el donostiarra Juan Kutz, que pilotaba una “Triumph” competía con los mejores fabricantes del momento: “Lube”, “Montesa”, “Peugeot”, “Guzzi”, “Rudge”, “B.M.W.”, “Harley” …… siendo las pruebas de “side cars”, por su espectacularidad, las que más curiosidad despertaban. El caserío Santiago fue engullido por la nueva urbanización y con él los que rodeaban Anoeta, cuando en 1950 se construyó la Ciudad Deportiva y veinte años más tarde la variante donostiarra. CONSOLIDACIÓN DE UN BARRIO El paso de los años y el consiguiente incremento de la población (datos municipales recientes citan 25.618 habitantes: 13.890 mujeres y 11.728 hombres, han conseguido romper la falta de integración que durante varias décadas existió en Amara Berri al proceder la casi totalidad de su vecindario de otros barrios de la ciudad donde tenían echadas sus raíces. En este punto es de obligado reconocimiento la labor desarrollada por las muchas entidades culturales, populares, sociales… que partiendo de la nada, con esfuerzo, insistencia y sobre todo grandes deseos de crear pueblo, han conseguido el ambiente propicio para que aquellas personas que se sentían en un barrio extraño hablen de Amara Berri como de “su” barrio, apoyadas ya por las nuevas generaciones de donostiarras nacidas en Amara. Hasta aquí a groso modo un pequeño historial de Amara Berri. Ahora veremos las gestiones y problemas que el municipio tuvo que desarrollar, para llevar esta empresa adelante y llegar a crear un barrio “nuestro barrio” hasta la actualidad. El encauzamiento del Río Urumea, ya se inició con la construcción del Ensanche Cortazar que comprendía desde lo que hoy es la Alameda del Boulevard (que en el proyecto Cortazar no figuraba el Boulevard) hasta la Avenida de la Libertad. También el Paseo de Salamanca. A la altura del Barrio de Santa Catalina existía, un puente, en principio de madera, sobre el Urumea, cuyo nombre hizo honor al barrio construyéndose otro en paralelo de construcción más sólida y que sería definitivo por lo que se pudo ampliar otro ensanche hasta la actual Plaza del Centenario y fue la referencia para efectuar las obras del encauzamiento del río para ganar terreno a las marismas a fin crear otro ensanche que se denominará Nuevo Ensanche de Amara. El proyecto del encauzamiento del Urumea dio muchas vueltas entre el Ministerio de Fomento y el Ayuntamiento donostiarra, y siempre de intermediario el Gobernador Civil, hubo de hacer varias reformas, más memorias, mas proyecto más presupuestos, no fue fácil llegar a un entendimiento entre las Instituciones, pero la tenacidad de las Autoridades Municipales de turno hizo posible llevar adelante esta obra que en su momento fue casi monumental. Cuesta imaginarnos como era esta zona de Donosti “ANOETA” en el siglo XVI, pero sí recuerdan los mayores en el siglo XX, algunos caseríos a los que solían ir a merendar y jugar a bolos o la toca, pero para disfrutar de la tarde, “era necesario comer pronto porque si no, se decía, no da tiempo para ir y volver por la tarde”, es decir que no existía medios de transporte público ya que todo eran marismas ni los edificios de 9, 10 o más pisos pero es que además ni lo imaginaban. Pero en el último cuarto del siglo XIX las autoridades municipales se plantearon la necesidad de un ensanche para lo que era necesario encauzar el río Urumea. Se trataba del Nuevo Ensanche de Amara. . Y digo nuevo Ensanche ya que el primer Ensanche de Amara correspondía a la parte comprendida entre la Avenida de la Libertad y Plaza del Centenario. La razón es muy sencilla ya que el caserío Amara se encontraba en la zona de Arroca, por lo que en honor al caserío se denominó Ensanche de Amara, por lo tanto para la construcción de este ensanche ya se inició la modificación del cauce del río construyendo un muro que limitara su cauce. Pero nos vamos a referir al Nuevo Ensanche de Amara. Mientras se edificaba la hoy llamada área romántica, ya había quien tenía su mente puesta más allá de la plaza del Centenario. La fisonomía actual del Urumea dista mucho de parecerse a la que fuera en otros tiempos en que su desembocadura era muy ancha constituyendo un estuario entre los montes Ulía e Igueldo, ya que Urgull con subidas de mareas apenas era otra cosa de un islote que surgía en el centro. Constituído luego en tómbolo y unido al monte San Bartolomé, el río discurría entre Urgull y Ulía anegando con sus aguas y las olas gran parte del barrio de Gros y la totalidad de Amara ya que no fue encauzado hasta 1924-1926. Todas las marismas hasta Anoeta, se denominaban de la Amara, playa de la Amara, dunas de la Amara o riberas de la Amara, así como Riberas de Santiago puesto que de ambas maneras se refería, llegó a tener importancia desde que se pensó en encauzar el río. Pues en este lugar se llegó a ofrecer un terreno, en trueque, para la construcción del Palacio, chalet, vivienda en resumen para los veraneos de la Reina María Cristina. Otros ofrecimientos también los hubo. MUSEO SAN TELMO Época siglo XX- 1914-1917 Fotografía: Autor Gregorio González Galarza [ Zegama 1869-Donostia 1848] Fotografía de Fotografía- Amara nuevo desde Errondo antes de la canalización del Urumea Descripción: Amara Nuevo/Urumea/Huertas/Caserío/Mundaiz/Ferrocarril(Estación) Edificios: Puente María Cristina-Puente Santa Catalina Colección Galarza: Adquirido al sobrino nieto del autor

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