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FUNDADORES DEL CONVENTO SAN TELMO El 12 de Octubre de 1881, el Alcalde de San Sebastián comunica al Gobernador Militar que, existe en el edificio que fue convento de San Telmo y hoy destinado a parque de Artillería, dos sepulcros, uno de D. Alonso de Idiaquez y otro de su mujer Doña Engracia Olazábal, fundadores del Convento, sepulcros que aunque bastante deteriorados tienen algún mérito escultórico, ya que esas obras fueron de las pocas que no desaparecieron en el incendio de 1813 y que ninguna falta hacen donde se hallan. Ruego a Vd. Se sirva autorizarme para sacarlas de allí con el objeto de llevarlas a la capilla del nuevo Cementerio donde restaurados en lo posible serán colocados en punto conveniente. El Gobernador Militar con fecha 19 del mismo mes, le comunica al Alcalde que no existe inconveniente en que el Ayuntamiento retire los sepulcros de los fundadores del Convento de San Telmo y de las Dominicas del Antiguo. El Alcalde encarga la restauración de los sepulcros, pues considera que son verdaderas obras de arte que se propone trasladar, bien a la iglesia de Santa María o bien a la capilla del Cementerio de Polloe. Encarga la restauración al distinguido escultor D. Marcial Aguirre el cual ofrece a hacerlo por 7.000 reales. Esta es la carta del escultor D. Marcial Aguirre al respecto: Muy Sr. mío. Habiéndo examinado el estado en que las dos figuras de mármol que representan Idiaquez y su esposa, calculo que podrán costar aproximadamente su restauración de, manos, pies, nariz, espada, manto de las dos figuras, ornamentación y pulimentar como retocar las orejas de Doña Engracia y pulimentar la armadura de la figura de Idiaquez, unos siete mil reales, entendiendo que la restauración de dichas figuras se haga en igual clase de piedra mármol de Carzara igual a los originales. San Sebastián, 7 de Noviembre de 1881-Marcial Aguirre Existe un pequeño conflicto en el traslado de los sepulcros, ya que en principio se pretendía trasladarlos al Cementerio de Polloe y posteriormente a la Parroquia de Santa Maria, mostrándose el Obispo de Vitoria conforme a su traslado, esto ocurría el 15 de Diciembre de 1881. Pero mas tarde parece que se interesan también por el traslado de los féretros a la Parroquia de San Vicente. Como consecuencia del deterioro sufrido durante años y las guerras padecidas, las dos estatuas representando a D. Alonso de Idiaquez y Doña Gracia Olazábal, el Consistorio donostiarra el 4 de Junio de 1883, trató sobre la restauración de los mismos: como es lógico, no todos los concejales estaban de acuerdo, pues un Concejal pide al Alcalde desista del proyecto por considerar que supone un sacrificio relativamente considerable: y dice que lo propone con sentimiento, porque su mayor satisfacción hubiera sido, razones que no puede olvidar, aconsejar a V.E. que contribuyera a que ocuparan un lugar mas decoroso y concurrido las estatuas del Secretario íntimo del Emperador Carlos V y de su esposa Doña Gracia. El Concejal Lizasoain propone y el Ayuntamiento acuerda que, pues ni la iglesia de Santa María, ni la de San Vicente ni la de Santa Teresa, ofrecen condiciones a propósito, ni la exigua capacidad de la capilla del Cementerio permite la colocación de las estatuas, y teniendo presente que las monjas del Convento de Uba han manifestado confidencialmente su deseo de colocarlas en el nuevo convento que tratan erigir, en el barrio de Puertas Coloradas, la misma Comisión informante queda encargada de tratar con aquellas religiosas ofreciéndoles las estatuas yacentes, o mejor dicho, el derecho a guardarlas en el nuevo convento, siempre que abonen al municipio, en los plazos que la Comisión fije, las dos mil pesetas que al Ayuntamiento le ha costado la restauración de las esculturas. Sin todavía aclararse el Ayuntamiento y la Iglesia en el destino de los sepulcros, el escultor D. Marcial Aguirre, comunica al Ayuntamiento con fecha 23 de Abril de 1883, que, teniendo terminada la restauración de las figuras en mármol blanco de Italia del Insigne Idiaquez y su esposa, se digne dar las órdenes oportunas para que puedan recogerse lo antes posible. El 18 de julio de 1883, en nombre de la parroquia de Santa María y firmado por “El cura” Martín Lorenzo de Urizar, pone a disposición de las esculturas el local de Santa Marta en la parte lateral de la parroquia para que puedan ser trasladados a él y depositados decorosamente. La Comunidad de Religiosas de Uba (Dominicas) han ofrecido para la colocación de las estatuas de D. Alonso de Idiaquez y su esposa, la iglesia del nuevo convento que piensan levantar en el barrio de Puertas Coloradas, y comunicando que su precaria situación les impide abonar al Municipio el coste que ha ocasionado la restauración de aquellas obras de arte, pues si bien es cierto que van a construir un nuevo convento, es porque personas piadosas de esta ciudad a cuya vida va unida la historia del convento, les han facilitado los recursos necesarios. Varios Concejales expusieron su opinión de que se cedieran las estatuas a la Comunidad para colocarlas en la nueva iglesia, pues de otro modo el Ayuntamiento tendrá que buscar un local para ello y se expondrá a que nuevamente se deterioren. Otros por el contrario, manifestaron que no debían cederse si las monjas no abonan el coste de la restauración de las estatuas, aunque sea en plazos que al efecto se señalarían. Puesta la cuestión a votación resultó que votaron por que se ceda las estatuas gratuitamente a las monjas los Sres.: Aguirrebengoa, Insausti, Atorrasagasti, Lizasoain.Total 4 votos Y que no se ceda sin previa obligación de las monjas de abonar el coste de la restauración los Sres.: Irastorza (M), Beitia, Iraola, Garat, Calisalvo, Brunet, Oteiza, Jomar, Echeveste y Presidente. .................................................. Total 10 votos Queda por consiguiente aprobado no ceder gratuitamente a las monjas del Convento de Uba las estatuas de D. Alonso de Idiaquez y su muger y que la Comisión de obras se encargue de buscar sitio en que colocarlas. El 11 de Julio del mismo año, El Ayuntamiento solicita al Vicario de la Parroquia de Santa María permiso para depositar provisionalmente en el tránsito llamado Santa Marta, los bustos de mármol recientemente restaurados de D. Alonso de Idiaquez y su mujer, juntamente con algunas estatuas del descendimiento. Pero no solo las estatuas del matrimonio Idiaquez acarrea problemas al Ayuntamiento donostiarra. La Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Guipúzcoa, envió un comunicado al Ayuntamiento en el que dice: “De conformidad con lo acordado por esta Comisión, en sesión del día de ayer, tengo el honor de llamar la ilustrada atención de la Excma. Corporación municipal de su digna presidencia, sobre el lamentable estado de conservación en que se hallan, olvidados en un rincón del Campo Santo de esta Ciudad, dos escudos de armas esculpidos en piedra, de la histórica familia donostiarra de los Idiaquez. Esta Comisión, faltaría a los deberes que la Ley le impone si no hiciera ver a ese Excmo. Ayuntamiento, la ya imperiosa necesidad, que existe, de que dichos blasones heráldicos de mérito artístico relativo sí pero que resultan glorias y recuerdo gratos para esta M. N. y M. L. Ciudad de San Sebastián y la nobilísima Provincia de Guipúzcoa, sean salvados de una completa destrucción, retirándolos del impropio lugar en que se hallan para colocarlos en la Capilla del mencionado Cementerio, al pie de las artísticas estatuas yacentes del ilustre donostiarra D. Alonso de Idiaquez, Ministro de Estado y Secretario del gran Emperador Corlos V, y su esposa Doña Engracia de Olazábal fundadores ambos del Convento de Dominicos de esta Ciudad, hoy parque de Artillería y del Convento de la Dominicas del Antiguo. Dichos escudos y estatuas habiendo sufrido desgraciadamente mutilaciones, reclaman las correspondientes reparaciones, trabajos de poco coste. Esperando esta Comisión que ha de ser atendido debidamente este ruego, dadas las constantes pruebas de ilustración y acentuado cariño de V. E. en pro de las glorias y recuerdos de este noble solar eúskaro, anticipa a V. E. las gracias. San Sebastián 12 de Mayo de 1892.” El 24 de Mayo de 1892, la Comisión de Obras del Ayuntamiento de San Sebastián envía al Pleno del Ayuntamiento el siguiente Informe. “Las estatuas yacentes de D. Alonso de Idiaquez y Doña Engracia Olazábal fueron trasladadas a la Capilla del Cementerio de Polloe desde la iglesia de San Telmo por los cuidados del Ayuntamiento con el mayor esmero y construyendo ad hoc los pedestales que las sustentan. Se trasladaron asi bien los escudos, pero por el estado de deterioro en que se encontraban y la materia en que están esculpidos, resultaba difícil su restauración. Ni por su forma ni por su mérito se creyó deber sacrificar la decoración general de la Capilla para colocarlos en ella. No obstante esta Comisión es del parecer que se proceda por el Arquitecto Municipal a formar el presupuesto del coste que podrá tener la colocación de dichos escudos, indicándose el punto donde deban instalarse para en vista de los datos reunidos proceder como mas convenga. San Sebastián 11 de Junio de 1892.”

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