QUINIENTOS AÑOS…(6)
JUANINDEGUI-ERROTA
Luis Larrañaga indica que el molino de JUANINDEGUI, era anterior al de Santiago, siendo dueño del primero a comienzos del siglo XVI Lorenzo de Montaot. Estaba situado al pie de Juanistegui (hoy Clínica de San Juan de Dios).
En base a este dato podemos, pues, suponer que se refiere al JUANINDEGUI el documento del Archivo Municipal de Donostia de 17 de Septiembre de 1582, que trata como el vecino Esteban de Santiago quiso edificar unos molinos “en los juncales en el término nombrado de la aguada” y así fue como la villa le vendió los terrenos en 1528 “para hacer un molino en los juncales de Lorenço de Mentaot y de Domingo López de Ernialde”.
Según todo esto es pues probable que JUNIDEGUI—ERROTA fue anterior a 1528.
El 12 de Marzo de 1773 se realizó un convenio entre los Señores Marqués de San Millán y Don Ignacio de Olazaga como encargado de D. Josef Jacinto de Azcue y D. Francisco de Larrarde Duistegui, sobre los terrenos de los juncales llamados de Santiago y MOLINO DE JUANDEGUI en San Sebastián ante Francisco de Arrillaga.
En 1775 existían los caseríos de JUANINDEGUI, Junestegui, Juaquindegui-maior y Juaquindegui-menor, todos en la misma zona.
En 1824 vive en JUNNENDEGUI Esteban de Ayzpurua.
En el plano de 1860 aparecen los caseríos Juanategui, Juachindegui y Urzariago, todos encima del caserío Anoeta, camino de Lugariz.
En 1976 se derribó el caserío JUNINDEGUI juntamente con el caserío Portucho, es pues la fecha de la desaparición definitiva de este molino de mareas.
SITUACIÓN: Correspondería aproximadamente a los solares que ahora ocupa el frontón y trinquete de Anoeta.
AIZE-ERROTA o MOLINO DE VIENTO
Joaquín Antonio del Camino y Orella, cita en su obra Historia de San Sebastián, que D. Alfonso XI de Castilla el 16 de enero de 1370, despachó en Valladolid una cédula para que pudiesen fabricarse molinos de viento, “dentro del palenque y cercas de San Sebastián y también en la Atalaya de que todavía permanecen vestigios en dos piedras molares que se hallan ya muy calcinadas en la cuesta del calvario por donde se sube al Castillo, dice Camino. Ignacio Pérez-Arregui Fort apunta al hablar de los molinos de viento, que acaso habría “varios o muchos que embellecieron los alegres contornos de San Sebastián, y que poco a poco, por abandono, inutilidad o vejez, fueron dados al olvido”.
El que Alfonso XI diera permiso para la construcción de molinos de viento dentro de la villa cercada de San Sebastián, no indica que forzosamente los fabricaran.
Al Argumento de la aparición de varias piedras de moler en la subida a la ciudadela, podemos alegar que quizás no fueran de molinos de viento y sí de tahonas, pues en un documento de 1542 sobre los preparativos que hacía la Ciudad ante la posible incursión de los franceses se dice:
“En ella no hay más de 100 soldados de guarnición y de artillería. Que la pólvora no está refinada y no hay resina. Que tienen trigo vino y aceite pero nada molido y no hay más que un artillero. Que se mandan cartas y despachos a S.M., al capitán general, al corregidor, a Vitoria, a Burgos a las villas de la Provincia y Vizcaya, etc.
Que se traigan 20 piedras de molinos para hacer tahonas dentro de la Villa, que se disponga de los hombres y mujeres necesarios…”
Por otra parte, en un informe que hace Campoflorido desde San Sebastián el 2 de junio de 1715 escribe:
“Y aunque en ella y su castillo no hay Ataonas ni aguas, por servirse de molinos que están fuera en sus cercanías y de un escaso conducto de agua que también llega de vastante distancia se puede sacar abundantemente de un manantial conocido que tiene la montaña de la Mota, que ensanchándole su conducto y haciéndole un Alberca grande, podrá abastecer de agua a ambos parages. Y por lo que mira a Ataonas pueden hazerse hasta seis en Plaza y Castillo, que uno y otro costará 4 mil pesos por mitad cuyas partidas todas componen la cantidad de 26.700 pesos”.
Para terminar indicaremos que en el exhaustivo trabajo sobre “El Castillo de Santa Cruz de la Mota y las murallas de la plaza de San Sebastián” relatado por D. Fernando Mexía Carrillo se estudia toda la documentación existente desde la Edad Media sobre San Sebastián y se realiza un estudio sobre el terreno de todas sus posibilidades y ni se nombra ni menciona que haya existido allí molino alguno, por lo que hasta que alguien demuestre lo contrario tendremos que pensar que en Urgull no se conoció molino de viento alguno.
Seguimos con el relato de la opinión de Joaquín Antonio del Camino y Orella:
“El único molino de viento que existió (y único en Guipuzcoa según nuestros estudios) fue el AIZA-ERROTA del que vamos a tratar ahora.
El dato más antiguo que tenemos del AIZA-ERROTA es una descripción de 1826 realizada por el Dr. Eugenio Francisco de Arruti en la que dice:
“varios molineros a orillas del Urumea, Oria y riachuelo del Antiguo, y uno de viento construido recientemente a 1500 varas al sur de la Ciudad”.
En un plano de la ciudad de 1860, aparece AICE ERROTA en el barrio de Lugáriz.
En 1872 aparece llamado ya ALMACENE y vive en él Manuel Urcola.
En el censo oficial de 1890 se indica como habitantes del AICE ARROTA A Manuel Martiarena y Elícegui de 49 años y José Miguel Anza y Borda de 33, ambos de oficio labrador.
En la revista San Sebastián de 1960 de un artículo firmado por Fausto Arocena, extraemos el siguiente fragmento.
Por lo demás, si aquí teníamos el elemento viento, --y bien abundante, por cierto— no sé por qué no habíamos de tener el molino movido por ese aire transformado en viento.
Y lo tuvimos, claro está. No hay más que releer a Camino para darse cuenta de que en Urgull hubo varios ejemplares de esos molinos. Y como se agitaran sus aspas al susurro del áspero noroeste. No eran solos en nuestra geografía donostiarra. Les acompañaba otro que, todavía no hace mucho lo podíamos contemplar aunque con las aspas amputadas. El plano de Coello nos lo presenta designándolo como “Molino de viento”. Y por su parte el Nomenclator de Guipuzcoa de 1865, lo registra también llamándole AIZERROTA. Lo hemos visto todos enhiesto y rozagante hasta hace relativamente poco en que ha sido demolido. Bien es verdad que aún seguimos viendo el de Ulía, pero éste es pura escenografía. Vemos que con respecto a la existencia de molinos de viento no hay acuerdo.
La existencia del molino ISABURU tuvo muchos avatares. Después de su principal y primitivo destino de molturaje de trigo y de maíz “en alas de viento”, llegó a ser incluso fortaleza militar en nuestras guerras civiles y resulta oportuno consignar que no lejos de su emplazamiento murió el general Sagastibeltza a las puertas del caserío Santa Teresa. Después ha debido de ser en alguna ocasión aljibe y es seguro que se utilizaría asimismo como almacén de trastos viejos.
Antxón Aguirre Sorondo nos presenta un mapa de molinos en el que alineados de sur a norte se encuentran Juandegui-errota, Santiago Errota, AIZE-ERROTA, Errota-txiki. A la derecha del Juandegui-errota, se encuentran Anoeta-errota y Errotatxo.
Estos molinos se encuentran a la izquierda del río Urumea y más al sur en el mismo lado del río se encuentra Aguirre-Errota y en el lado derecho del Urumea se encuentra Errota- berri y más al sur Mateoko-errota.
“No he dicho a todo esto dónde de levantaba el difunto Molino aéreo AIZEA-ARROTA. Aparecía exhibiéndose ante quien quisiera mirarle, frotero a las tapias ponientales del antiguo Ministerio de Jornada, es decir, de “La Cumbre”, Allí vecino a Isaburu y mecido por el cántabro noroeste, su misión molturadora y sus años verdes, mientras en sus años maduros y aun decrépitos, hubo de desempeñar, por gran paradoja cometidos bélicos de que salió indemne.
Pero hoy ha sucumbido bajo la redicha “piqueta demoledora”. No hay que sacar las cosas de quicio y abrir un capítulo de responsabilidades. Cayó el molino porque no tenía razón de existir. Si la función crea el órgano, será cierto también que la falta de ejercicio de la función crea el órgano. Después de todo, le ha ocurrido a nuestro molino lo que a…..
“Las torres que despreció al aire fueron / y a su gran pesadumbre se rindieron”.
Hasta aquí lo que Fausto Arocena cuenta del AIZE-ERROTA.
En el barrio se le llamaba EIZEA-ERROTA O ALMAZENE siendo la última familia que lo habitó la familia Lizeaga.
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ERROTA-TXIKI
En 1740 tenemos como inquilinos a Juan Bautista Mendiburu, de molinero.
En 1823 se bautiza a Petra Celestina de Albizu, nacida en el mismo caserío, hija lexítima de Antonio María natural de San Sebastián y Josepha Ygnacia de Maíz, natural de Amezqueta y vecinos de esta Ciudad.
En 1861 tenemos que vive en ERROTA-TXIKI Roque de Ysasa.
El censo oficial de 1890 indica que habita en ERROTA-TXIKI Gregorio Mendiburu y Orozco de 57 años y de oficio labrador.
En un principio fue molino, convirtiéndose después en simple casa de labranza. Actualmente con la marea, sin apoyo de río alguno, ya que incluso el agua de uso doméstico se obtenía de la brotada filtrada de la tierra a pocos metros de la casa, en un pozo cubierto.
Según la tradición familiar la casa estaba sustentada por más de mil estacas, pues los terrenos eran fangosos.
El desnivel en el ERROTATXIKI entre la pleamar y la bajamar, era una media de unos tres metros y puede calcularse un funcionamiento de cuatro horas cada doce. Se conoce una turbina de piedra de 6 palas que apareció al derribar el edificio en septiembre de 1926. Sus medidas son de 1,10 mts. de diámetro y 0,23 de espesor y se encuentra empotrada en el petril del muro cerca del lugar en el que en otro tiempo estuvo el molino (hoy delante de la cuesta que sube al E.U.T.G – (Univ. de Deusto), se aprecia perfectamente desde el parque de Amara).
Los dueños del ERROTATXIKI, con 70 años no recordaban en 1926 (fecha de su demolición) que hubiera sido molino nunca.
Según las personas mayores en su última época fue merendero, al que se accedía por medio de un barquero desde la orilla opuesta pagándole una “perra chica” (moneda de 5 céntimos de peseta de cobre).
SITUACIÓN: en las nuevas viviendas construidas cruzando el puente José Antonio Aguirre (frente al Hotel Amara Plaza). En este lugar hasta la última década del siglo XX se encontraban la fábrica Koype, dedicada a aceites de consumo humano y Savin dedicada a embotellamiento de vino, actualmente sobre el solar de estas empresas se ha edificado el grupo de viviendas ALDUNAENEA un hotel y una comisaría de policía nacional.
El censo oficial de 1890 indica que habita en ERROTA-TXIKI Gregorio Mendiburu y Orozco de 57 años y de oficio labrador.
En un principio fue molino, convirtiéndose después en simple casa de labranza. Actualmente con la marea, sin apoyo de río alguno, ya que incluso el agua de uso doméstico se obtenía de la brotada filtrada de la tierra a pocos metros de la casa, en un pozo cubierto.
Según la tradición familiar la casa estaba sustentada por más de mil estacas, pues los terrenos eran fangosos.
El desnivel en el ERROTATXIKI entre la pleamar y la bajamar, era una media de unos tres metros y puede calcularse un funcionamiento de cuatro horas cada doce. Se conoce una turbina de piedra de 6 palas que apareció al derribar el edificio en septiembre de 1926. Sus medidas son de 1,10 mts. de diámetro y 0,23 de espesor y se encuentra empotrada en el petril del muro cerca del lugar en el que en otro tiempo estuvo el molino (hoy delante de la cuesta que sube al E.U.T.G – (Univ. de Deusto), se aprecia perfectamente desde el parque de Amara).
Los dueños del ERROTATXIKI, con 70 años no recordaban en 1926 (fecha de su demolición) que hubiera sido molino nunca.
Según las personas mayores en su última época fue merendero, al que se accedía por medio de un barquero desde la orilla opuesta pagándole una “perra chica” (moneda de 5 céntimos de peseta de cobre).
SITUACIÓN: en las nuevas viviendas construidas cruzando el puente José Antonio Aguirre (frente al Hotel Amara Plaza). En este lugar hasta la última década del siglo XX se encontraban la fábrica Koype, dedicada a aceites de consumo humano y Savin dedicada a embotellamiento de vino, actualmente sobre el solar de estas empresas se ha edificado el grupo de viviendas ALDUNAENEA un hotel y una comisaría de policía nacional.
El censo oficial de 1890 indica que habita en ERROTA-TXIKI Gregorio Mendiburu y Orozco de 57 años y de oficio labrador.
En un principio fue molino, convirtiéndose después en simple casa de labranza. Actualmente con la marea, sin apoyo de río alguno, ya que incluso el agua de uso doméstico se obtenía de la brotada filtrada de la tierra a pocos metros de la casa, en un pozo cubierto.
Según la tradición familiar la casa estaba sustentada por más de mil estacas, pues los terrenos eran fangosos.
El desnivel en el ERROTATXIKI entre la pleamar y la bajamar, era una media de unos tres metros y puede calcularse un funcionamiento de cuatro horas cada doce. Se conoce una turbina de piedra de 6 palas que apareció al derribar el edificio en septiembre de 1926. Sus medidas son de 1,10 mts. de diámetro y 0,23 de espesor y se encuentra empotrada en el petril del muro cerca del lugar en el que en otro tiempo estuvo el molino (hoy delante de la cuesta que sube al E.U.T.G – (Univ. de Deusto), se aprecia perfectamente desde el parque de Amara).
Los dueños del ERROTATXIKI, con 70 años no recordaban en 1926 (fecha de su demolición) que hubiera sido molino nunca.
Según las personas mayores en su última época fue merendero, al que se accedía por medio de un barquero desde la orilla opuesta pagándole una “perra chica” (moneda de 5 céntimos de peseta de cobre).
SITUACIÓN: en las nuevas viviendas construidas cruzando el puente José Antonio Aguirre (frente al Hotel Amara Plaza). En este lugar hasta la última década del siglo XX se encontraban la fábrica Koype, dedicada a aceites de consumo humano y Savin dedicada a embotellamiento de vino, actualmente sobre el solar de estas empresas se ha edificado el grupo de viviendas ALDUNAENEA un hotel y una comisaría de policía nacional.
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División de las manzanas en solares P A R R A F O III División de las manzanas en solares Por lo que antes hemos dicho sobre la dirección de las calles en la nueva población, se deduce que sus edificios quedarán bien orientados y resguardados por completo de los vientos más incómodos y nocivos. Conseguida esta ventaja era además necesario distribuir la edificación en manzanas y estas en solares, de manera que no resultasen grandes masas, dejando libre acceso en las habitaciones al aire, a la luz y al calor del sol, agentes indispensables para su salubridad y saneamiento. Para satisfacer a estas condiciones y teniendo en cuenta el perímetro destinado al ensanche, nos ha parecido que lo mejor sería reunir varios edificios con espaciosos patios centrales, de modo que por lo menos quede con dos fachadas libres siendo las otras dos medianerías. En las manzanas destinadas a la clase acomodada, podrían construirse ocho casas; cuatro de ángulo con una superficie de 360 metros cuadrados ca...
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