PROYECTO DE CERRAR LA CONCHA
IMPORTANCIA DEL PUERTO DE PASAGES
EL CUBO DEL INGENTE
Geronimo de Soto. Los Fratínes
Páginas 156-157-158-159
La ciudad en esta época (1629) daba una preferencia grande a sus asuntos comerciales, y así como hacer ofrecimientos para que las obras y almacenes de Pasages se construyan en terrenos de su propiedad, temerosa acaso de lo que pudiese suceder en el puesto de Orio, acude al Rey en el año 1629 manifestando que no hay en ella puerto capaz y fondeable para navíos grandes y que por eso muchos dejan de entrar y que como esto podría corregirse cerrándose la entrada entre la isla de Santa Clara y el monte Arribizqueta, solicita se mande a reconocerlo y dar las trazas para la ejecución al ingeniero flamenco Pedro Goinsbaez haciendo las obras a su costa. En el mismo año acude con otra solicitud manifestando que por entrar el mar por la parte de Arribizqueta dejan de fondear muchos navíos y con tiempos derechos se pierden otros, y que cerrándose la entrada podrían ponerse al abrigo de la isla de Santa Clara y desea cerrarla a su costa y de forma que no entre el mar, suplica para ello valla a examinarlo Pedro Goinsbaez u otro de satisfacción (15).
La solicitud y su decreto parecen marchar de acuerdo para que se construyese la obra pero el consejo al informar el 20 de julio se divide en oposiciones y mientras el conde Oñate, a cuyo boto se unen los del Marqués de Gelves, del Marqués de Oropesa, del Marqués de Santa Cruz, Don Diego de Toledo, es de opinión se pida informe al Duque de Maqueda, al Conde Don Tomás de Larrazpuru y Don Antonio de Oquendo, pasando después el informe al Virrey de Navarra, para que reconocido por un ingeniero vean lo que sea necesario para tener el puerto guardado,…………………………………
………………… el Marqués de Castrofuerte opina, no conviene tomar informe de Don Tomás de Larrazpuru ni de Don Antonio de Oquendo por ser naturales del país, opinión de otros varios consejeros, así como que se remita al Marqué de Fuentes para informar con ingenieros y personas prácticas y da la opinión más razonable aunque no la más rápida y radical en este asunto. Don Juan de Velasco y Castañeda que lo primero que hay que informar es si el puerto es sondable, su capacidad, defensas actuales y las que se necesiten después, debiendo informar el Conde Larrazpuru por ser la persona más capaz que estaba en la Provincia y que después lo haga el Marqués de Fuentes (16).
Debió seguirse el voto del Marqués de Castrofuerte por cuanto el 2 de agosto del mismo año el Duque de Maqueda informa ligerísimamente que no sabe si quedará puerto conveniente por la magnitud de las corrientes, que parece grande el espacio ocupado en pleamar, pues en bajamar queda mucho menos, que acaso se perdiese el puerto por las muchas arenas que es peligrosa la entrada, y con gran naturalidad advierte que informa por mayor “porque a pesar que convenía a su Real se hubiera mirado con la atención que veo”(17)
No se descuidaba entretanto la ciudad y no resolviéndose los asuntos con la rapidez de sus deseos, acude al Rey en Marzo de 1630, en cuya época el cubo del Ingente debía encontrarse nuevamente resentido, diciendo amenazaba ruina y debía construirse el baluarte proyectado por Gerónimo de Soto al pasar para Inglaterra el Condestable de Castilla, solicitándose se conceda de acuerdo con lo dispuesto por sus ascendientes, encontrándose con más peligro por los mayores elementos con que contaban los franceses, debiendo pagarse las obras de un impuesto sobre las lanas, solicitándose al mismo tiempo se señale otro igual en beneficio de la Ciudad(18).
Muy conforme con lo que se solicita informa Don Martín de Aróstegui; por su informe se confirma que esta idea fue apadrinada a principio de siglo por el Condestable de Castilla, y por tanto debió serlo por Espanoqui primero y Gerónimo de Soto después, es uno de los dos puntos débiles que dejó el trazado de la muralla que no escapó a dichos ingenieros; no se manifiesta la misma conformidad en el modo de proveer de dinero, pues para el caso no era aplicable lo que proponía la Ciudad, en cambio, quiere echar mano de sus ofrecimientos de 70.000 ducados y desde luego aplicar el sistema general de recargar los artículos, lana, bacalao, etc., para conseguirlo y como de costumbre queriendo separar lo recaudado para que no se aplicase a otras atenciones el dinero destinado a las obras de defensa(19).
Además de los 10.000 ducados que la villa tenía ofrecidos para el “puerto del Pasage” aparece aquí con otro de 70.000, cosa un poco reñida con los ofrecimientos imaginarios que hace según el informe de Don Martín de Aróstegui, pero el puerto de Pasages que había estado un tanto descuidado “pues ni existía ni aún existió después otro mejor en las inmediaciones de la capital”, llena los cuidados de esta frontera en estos años y el Marqués de Castrofuerte de gran ascendencia en el Consejo, manifiesta muy acertadamente que de su posesión depende en gran parte Fuenterrabía, San Sebastián y aún la defensa de la Provincia, opinión que debió ser de gran peso pues abandonando al parecer lo relativo a San Sebastián, junta, ingenieros y autoridades debieron ocuparse de él con gran interés, y no lo perdió tampoco de vista la villa cuya posesión y derechos fundados en un privilegio………………………………………………………………..
……………………….. de Don Enrique II había sostenido con gran tesón hasta el punto que el capitán Don Diego de Luna, por encontrarse en contradicción con los regidores de San Sebastián se excusó de ocupar con su compañía y como alcaide el puerto, según disposición del virrey de Navarra en 1624, como lo estaba por el Capitán Pablo Salgado, nombrado por el Marqués de Hinojosa. El Consejo en sus sesiones advierte que San Sebastián contribuyese a las obras, imponiendo derechos sobre algunas mercaderías a cambio de los que había cobrado de más y los 10.000 ducados ofrecidos (20), pero a esto contestó la Ciudad al proponerse entre otras cosas cerrar el puerto con una cadena de trozos de mástiles, que lo ofreció para cosa diferente como era sacar un trozo de muralla haciendo en él “almagacenes para el jarciamen y demás cosas de las armadas de S. M.…….” “y arrendar estos almagacenes en su beneficio a mercaderes extranjeros cuando no los hubiese”. Bien claro les echa en cara esta conducta Don Pedro de Encino y de la Peña, gobernador de Fuenterrabía al visitar las obras por orden del Rey y a instancias del Consejo.
A Don Pedro del Encino acompañábanle en esta visita el Capitán Don Alonso de Cosgaya que había estado y “visto” en Flandes, Don Pedro Fratín como ingeniero, por no hacerlo su padre anciano y achacoso y sin que pudiese ir a la corte como deseaba Don Luis Bravo Gobernador de Pamplona que lo mandó, porque según dice no se halla con disposición de poder ir “ni yo con dineros para darle pues para que fuese al Pasage los busqué”. El puerto de Santa Isabel y la plataforma para artillería dieron lugar a largas discusiones el informe de Fartín “Don Pedro Palear” del mes de abril de 1633, de Don Gerónimo de Soto en 14 de junio, del Marqués de Leganés en agosto, de Don Pedro de Encino que calcula el gasto de las obras en 206.388 escudos de plata doble, a nuevos reconocimientos e informes siendo curiosos entre ellos el de Fratín de 1º de noviembre de 1633 en que advierte al ocuparse de una traza de Don Gerónimo de Soto “el cual no las hiciera si hubiese visto el sitio como el papel no tiene mar, peñas, subidas ni bajadas, ni pendientes, se puede trazar en él muy bien cualquiera cosa a pedir de boca”. El decreto Real de 1634 para que informe el Marqués de Valparaíso “con toda claridad de lo que será menester y si podría haber allí medios para conseguir sin cosa mía” demuestra bien claramente el estado del herario (22).
Las obras por lo que a San Sebastián se refiere, continuaron en el mismo estado que en 1628, y no debieron adelantar grandemente cuando el 16 de agosto de 1633, se descara el Consejo al cumplimentar una orden del rey Don Felipe IV, manifestando con toda desenvoltura el Marqués de Castrofuerte “que las cosas de España las ve con gran necesidad de acudir al reparo de ellas … que para acudir a las cosas de Flandes ve que se va remitiendo toda la infantería que se levantan estos reinos; provisiones de hacienda en grandes cantidades para las cosas de Italia, previendo de la misma manera de gente y dinero para las de Pernambuco … ve la caballería mal parada … los almacenes desguarnecidos de lo más necesario … las levas que con gran trabajo hicieron los señores fueron para acudir en socorro de Italia y Flandes”. Glosan esta opinión los demás y aún añade el Marqués de Santa Cruz que “las escuadras del Gobierno las ve todas mal paradas y en mucho menos número que solían”, y Don Bartolomé de Araya “que le congoja mucho” oír al Marqués de Castrofuerte y tiene por preciso “que Vuestra Magestad se sirva demandar” se remedie con cuidado, advierte se acuerde oír al Marqués de Santa Cruz respecto a la posibilidad de un desembarco de 20.000 moros de África y comparando sus tiempos con los actuales “se ve cuanto ha decaído la Monarquía” que “al General de Artillería es preciso que Vuestra Magestad se sirva de mandarle se le provea de dinero con más largueza de lo que se hace” para las cosas de su cargo y a él le toca lo relativo a fortificación. Añade a todas estas cosas el Marqués de Oropesa que el mayor daño que se halla en el estado de las cosas es “la despoblación de Castilla” y que el único remedio es llenar los castillos en la forma en que se ha dispuesto, única medida que se aplaude en esta junta aunque tiene por imposible se pueda hacer solo con la gente de España (23).
Este informe no debió hacer mucha gracia a S. M. que en su decreto manifiesta se vean las cosas al detalle y plaza por plaza, pues nunca se apartó de lo necesario, ha atendido al Consejo, ha devuelto y aventajado en lo de los presidios a todas las “provisiones antiguas” y enajenado 800.000 ducados para ello de lo mejor de sus rentas.
NEGOCIADO DE MAR Y TIERRA
LEGAJO 1007—AÑO 1629 APARICI 105
CARTA DEL DUQUE DE MAQUEDA, 2 DE AGOSTO DE 1629, RELATIVA AL CIERRE DE LA BAHIA DE LA CONCHA.
Cumpliendo con la orden de S. M. lo que se me ofrece acerca del puerto nuevo que pretende hacer la Villa de San Sebastián es que si bien hay un pedazo de mar de la Isla de Santa Clara al monte Arribizqueta que se puede hacer un pedazo de muelle con que se excuse la comunicación de mar por aquella parte, no se si será bastante cosa para que quede puerto cual conviene al servicio de V. M. por que las crecientes y corrientes son muy grandes en aquella costa, y de pleamar parece que la grandeza del Puerto puede ser capaz de algunos navíos, y de baja mar viene a quedar mucho menor y de mucho menor fondo. Otra dificultad se me ofrece, que es que fondo que hoy tiene puede ser que sea por tener dos bocas el puerto por donde vacía el mar y cerrada una de ellas podría perderse el puerto por la muchas arenas que tira el mar en las menguantes en el estado que hoy está con tiempos de fuera no es buena la entrada del puerto por que sobre algún banco de arena o los escollos que hay al lado de la Isla y de la tierra firme, rompe la mar con mucha violencia, de manera que tienen peligro los navíos el entrar por allí: esto es lo que puede representa a V. M. por mayor, por que a pensar que convenía a su Real lo hubiera mirado con la atención que debo. Guarde Dios a V. M. como la cristiandad ha menester. Madrid 2 de Agosto de 16w29. Duque de Nágera.
DECRETO
A 17 de Agosto de 1629
Que se remita al Marqués de Fuentes esta información y copia de la carta de la Villa de San Sebastián para que con personas platicas haga reconocer aquel puerto de San Sebastián e Informe—Está rubricado.—Simancas y Junio 9 de 1848—José Aparici—rubricado.
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NEGOCIADO DE MAR Y TIERRA
LEGAJO 1027—AÑO 1630 APARICI 107
MEMORIAL DE LA VILLA, 23 DE MARZO DE 1630, SOBRE LACONSTRUCCIÓN DE SUS FORTIFICACIONES
SEÑOR
El mayor cuidado que esta Villa tiene en sus trabajos, es el del servicio a V. M. y seguridad desta su plaza y frontera que sobre la falta de su Comercio y medios de vivir le ha caído el incendio pasado de la cuarta parte de su población, con daños de más de 300.000 ducados, luego con ocasión de estos grandes mares que ha abierto, le ha abierto de manera que amenaza ruina de cada hora. El cubo del ungente que se opone, ha de defender la entrada del puerto, de atrás estaba sentido y con esta ocasión le mandó visitar S. M. que Dios haya Padre de V. M. al Condestable de Castilla al pasar para Inglaterra y con su parecer y la traza del Capitán Gerónimo de Soto, Ingeniero Mayor de V. M. , se resolvió un valuarte en su sitio que correspondiese con el Imperial y no se puso mano en ello por falta de provisión; ahora es ya forzosa si ha de correr con la seguridad y reputación que tanto es menester. V. M. me dirá esto lo mejor; y los señores Reyes don Fernando el Católico, y el Emperador su nieto de gloriosa memoria que lo consideraron en las vivas ocasiones de sus tiempos, dejaron memoria de su buena y conveniente opinión, en lo de esta plaza y los fines que han tenido franceses en los cercos que le han hecho, a Dios gracias bien subcedidos para esta parte muestran lo mismo y ahora pueden dar mayor cuidado las cosas de Francia en estas costas para ver los más poderosos y prevenidos que nunca con fuerzas de mar, a que se debe ocurrir con nuevo y particular cuidado. Suplica a V. M. humildemente esta Villa, por su propio servicio y por el bien público que con él corre; se sirva de mandar consignar la cantidad necesaria para la fábrica de otro valuarte en la renta del nuevo derecho, de las lanas que se cobran en los puertos de esta provincia, y señalar aparte la misma renta por seis u ocho años para socorrer las necesidades comunes desta Villa ……………………………………………………………………..
………………….y para que con esta ayuda se animen a renovar su habitación y que no se extinga su vecindad cosa tan necesaria para su conservación y defensa, que lo uno y lo otro será digno de su Real providencia y del paternal amor con que asiste en sus trabajos a sus leales basallos, que siempre asisten a su Real servicio y lo han de continuar como deben. —Dios guarde la Católica Real persona de V. M. con la cristiandad ha menester—San Sebastián y mi Ayuntamiento 25 de Marzo de 1630. En creencia va sellada con el sello de mis armas y refrendada por mi Escribano fiel—Por mandado de la Noble y Leal Villa de San Sebastián—Tomás de Astigarraga.
DECRETO
En Madrid a 17 de Abril de 1630
El Sr. Martín de Arroztegui vea este material e informe al Consejo de lo que acerca del se le ofreciere—Está rubricado—Simancas y Junio 16 de 1848—José Aparici—rubricado.
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División de las manzanas en solares P A R R A F O III División de las manzanas en solares Por lo que antes hemos dicho sobre la dirección de las calles en la nueva población, se deduce que sus edificios quedarán bien orientados y resguardados por completo de los vientos más incómodos y nocivos. Conseguida esta ventaja era además necesario distribuir la edificación en manzanas y estas en solares, de manera que no resultasen grandes masas, dejando libre acceso en las habitaciones al aire, a la luz y al calor del sol, agentes indispensables para su salubridad y saneamiento. Para satisfacer a estas condiciones y teniendo en cuenta el perímetro destinado al ensanche, nos ha parecido que lo mejor sería reunir varios edificios con espaciosos patios centrales, de modo que por lo menos quede con dos fachadas libres siendo las otras dos medianerías. En las manzanas destinadas a la clase acomodada, podrían construirse ocho casas; cuatro de ángulo con una superficie de 360 metros cuadrados ca...
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