LA BARRANCA DE ALDAPETA---I
Otra crónica de Sirio Alcain año 1891
No puede aplicársele nombre más apropiado a la calzada de Aldapeta, cuya fecha de antigüedad se ignora. El constante abandono, la mucha cantidad de agua que reúne y toma fuerza por la gran vertiente; los carros y ganado que transitan, todo ha contribuido a destruirla y darla la forma de una barranca, haciendo de ella un depósito de inmundicias que producían nauseabundos olores en verano, poniendo en peligro la salud pública.
La vigilancia y policía (si las hay) en nada se conocían, cual si viviéramos en algún villorrio de Marruecos, hallándonos en el camino que conduce a la residencia real y a 35 metros de la zona de ensanche de la ciudad que se precia de las más cultas y aseadas de Europa. Conocido y muy transitado es este camino, gracias al arreglo hecho en toda su extensión y cuidado con esmero, incluso el Espolón, todo a expensas del que suscribe, sin que al municipio haya consta un céntimo. Los transeúntes de este camino pasan con preferencia a la carretera, porque acorta la distancia; porque en el verano hay sombra y es más agradable y en invierno porque está al abrigo de los temporales y fríos. Además, hacen uso de él los dueños e inquilinos de las casas de estas alturas, que son los siguientes:
“Arbaicenea” Sr. Marqués de Casa Irujo.
“Champonenea”, del Sr. Larralde.
“Gorriti”, del Sr. Vidaur
“Agustindegui”, del Excmo. Sr. D. severo Aguirre Miramón.
“Pintore”, del Sr. D. Anselmo Lataillade.
“Diruma” y “Villa Lolita”, de la señora viuda de Fabra.
“Villa Belén”, del Excmo. Sr. Marqués de Valmediano.
“Ogario”, del Sr. D. Jenaro Zorrarain.
“Alchuena y “Aldapeta”, del que suscribe, todos contribuyentes a las cargas del Municipio, por cuanto se creen acreedores a ser atendidos en justicia.
Sin embargo, no sucedía así, hasta que hace cosa de mes y medio vimos con agradable sorpresa que trabajaban cuatro peones y un cantero en el arreglo de la barranca. Se ocuparon contados días, hallábase hecha la mitad de la obra, cuando llegó a inspeccionarla un señor concejal, quien me manifestó que desde aquel día quedaba suspendida la obra, añadiéndome que entre sus colegas habíase levantado gran polvareda por el gasto que se estaba haciendo. Que, además, esas cosas no se hacían así; que primero debía haberse hecho una exposición por los interesados, formar presupuesto y sacarlo a subasta. Los trabajos realizados calculo que habrán importado unas 250 a 300 pesetas, e importando la otra mitad otro tanto, el total será de 300 a 600 pesetas. Esta cantidad no está sujeta a exposición, presupuesto ni subasta; sin sujeción a estas formalidades, emplea el municipio semanalmente mil o más pesetas como es de su obligación, en la conservación de las vías públicas, paseos, alcantarillas, etcétera.
Los señores regidores no tenían, pues, motivo bastante para alarmarse por tan insignificante y necesario gasto, que el buen nombre de los mismos reclamaba con justicia, y ahora, como al caso viene, voy a permitirme una comparación.
Según noticias de nuestros antepasados, la carretera San Sebastián a Hernani cuenta hoy cerca de siglo y medio. Para su realización hubo muchas intrigas, tratando cada cual pasase por la puerta de su caserío. Como en general sucede, ganaron los de mayores influencias y si hubo varios proyectos, no sería el aprobado el que reunía mejores condiciones, porque no podía llevarse el camino por puntos más reprobados. Verdad es que en aquellos tiempos no se fijaban en allanar, rebajar ni desviarse de las cuestas; allá donde se proponían ir, marchaban derechos, subiendo y bajando. Eso si, se construyó la carretera con la mayor solidez, lo mismo que el Espolón. Este, que se ha conservado muy bien por su misma solidez (excepción hecha por la parte de fuerte llamado de la Venta derribado por los carlistas durante la última guerra civil), lo van rebajando por cuenta del Municipio en toda su extensión.
Calculo en esta obra un gasto semanal de 40 a 50 duros (un duro equivalía a 5 pesetas); van ya algunas semanas, faltando otras para terminar; resultando que el coste total será de alguna importancia, sin que sepamos el objeto. ¿Será por evitar desgracias? Cerca de ciento cincuenta años han pasado sin que sepamos que haya habido ninguna.
¿Ha precedido exposición, presupuesto y subasta para la rebaja del Espolón? Digo esto, porque siendo el Ayuntamiento propietario del Espolón y de la barranca, se hallan los dos en las mismas condiciones, con la circunstancia de ser inútil aquel y necesaria esta.
La carretera de San Sebastián a Hernani, exceptuando hasta Ayete, cuando la Corte fija aquí su residencia, no tiene más aplicación que para carros, que de los caseríos limítrofes conducen sus frutos y para las aldeanas que vienen al mercado; estas, por regla general y costumbre no hacen uso del Espolón; van en grupos por el centro de la carretera, chillando a un tiempo como una nube de cotorras. Las personas regulares o acomodadas van a Hernani en ferrocarril, por los coches diarios o particulares por el camino de Loyola o de Lasarte por ser estos más suaves sin cuestas.
Podría aducir otras razones que me las reservo, considerando que lo expuesto basta para convencerse de la inutilidad de la rebaja del Espolón y que por lo que va costando tenían los señores concejales motivos más fundados para alarmarse, que los habidos por la barranca de Aldapeta.
División de las manzanas en solares P A R R A F O III División de las manzanas en solares Por lo que antes hemos dicho sobre la dirección de las calles en la nueva población, se deduce que sus edificios quedarán bien orientados y resguardados por completo de los vientos más incómodos y nocivos. Conseguida esta ventaja era además necesario distribuir la edificación en manzanas y estas en solares, de manera que no resultasen grandes masas, dejando libre acceso en las habitaciones al aire, a la luz y al calor del sol, agentes indispensables para su salubridad y saneamiento. Para satisfacer a estas condiciones y teniendo en cuenta el perímetro destinado al ensanche, nos ha parecido que lo mejor sería reunir varios edificios con espaciosos patios centrales, de modo que por lo menos quede con dos fachadas libres siendo las otras dos medianerías. En las manzanas destinadas a la clase acomodada, podrían construirse ocho casas; cuatro de ángulo con una superficie de 360 metros cuadrados ca...
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