CONSTRUCCION E INAUGURACION
DEL GRAN KURSAAL
D. J. Artola en un estudio sobre el Gran Kursaal, publicado en el “Diario Vasco” el año 1974 recogía varios comentarios de prensa aparecidos en 1917 con motivo de la creación de la nueva Sociedad y apoyando posturas encontradas sobre un mismo tema:
“La Voz de Guipúzcoa”, 31 de marzo de 1917:
“Eran insistentes los rumores que venían circulando acerca de la constitución en San Sebastián de una fuerte empresa que llevase a su fin el Ensanche de Gros, la construcción del Kursaal, el puente sobre el Urumea y toda la totalidad de la magna obra, años hace comenzada y cuyo término se veía por parte alguna. Ante la existencia de esos rumores, quisimos concretarlos para poder servir el vivísimo interés que San Sebastián tiene en el asunto y con verdadera satisfacción, con una sincera alegría que hoy compartirán con nosotros todos los buenos donostiarras, podemos dar la grata noticia de que “La Kursaal”, como general y vulgarmente se llama al magno proyecto del Ensanche de Gros, ha pasado a manos de capitalistas donostiarras.
Tiene ello una enorme importancia. No tendríamos sino que reproducir algo de lo mucho que se ha escrito, en tiempos en que se daban toda clase de facilidades por varios Ayuntamientos y fantásticas entidades, para hacer a su gusto y manera las cláusulas de la concesión y se verá con que mediana claridad se preveía el fracaso.
Afortunadamente para San Sebastián todo ha cambiado: a las nebulosidades va a suceder la luz clara; a los cambios tortuosos, la vía ancha, franca, llena de seriedad y honradez.
Gracias a todos estos donostiarras, San Sebastián puede mirar con tranquilidad el porvenir y no preocuparse de posibles competencias.
No habíamos de esforzarnos mucho para demostrar que, teniendo el Ensanche de Gros, construidos los monumentales edificios que en él se han de levantar y terminado el paseo –en construcción—del monte Urgull, San Sebastián, que como población de turismo no tiene rival en España, no la tendrá entonces en el mundo.
Si es que no nos empeñamos nosotros mismos en echarlo todo a perder”.
Un día más tarde en “El Liberal Guipuzcoano”:
“Cogemos en nuestras manos el número de la “Voz de Guipúzcoa” de ayer y nos encontramos--¡Asómbrense ustedes!—con que el órgano oficial del casino lanza sus campanas al vuelo porque la construcción del Nuevo Ensanche y Kursaal de Gros se ha asegurado y exterioriza su muy franca alegría porque al fin el negocio ha pasado a manos capitalistas donostiarras, olvidándose de que el GRAN CASINO lo explotan “MARQUET Y CIA.” Y la verdad, quien recuerda la historia de este asunto, la formidable oposición que “La Voz” y sus conspicuos esgrimieron contra esa sociedad, atormentándola con toda clase de trabas y obstáculos, tanto en Corporaciones como en centros oficiales, para hacerlas fracasar en sus proyectos, que tanto benefician al pueblo de San Sebastián, no puede menos que admirar la frescura y desaprensión de ese diario que se atreve a mostrar su regocijo por el feliz éxito y realización de ese importante proyecto, al que tan deliberada y señudamente persiguió desde sus columnas y en el mismo Ayuntamiento por boca de su más genuino representante, interesado en el diario.
“La “Voz de Guipúzcoa” ha sostenido públicamente que el ensanche de Gros jamás se realizaría, que constituía un absurdo que el Ayuntamiento cediese la concesión, pues de hacerlo podría sobrevenir la ruina de la ciudad, porque el mar se tragaría el muro del ensanche, cuya conservación sería en su día, de cargo del municipio. Afirmó también que nadie podía asegurar si se ganarían los terrenos suficientes para construir solamente el Kursaal: sostuvo que debía esperar a que se constituyese una nueva playa, para acometer la construcción del ensanche;
en una palabra, se atrevía a aconsejar al Ayuntamiento que en manera alguna debía otorgar la concesión pedida, porque podían acarrearse gravísimos riesgos para los intereses del pueblo; es más, un articulista amigo de “La Voz”, hasta se permitió predecir una catástrofe para atemorizar al pueblo diciendo lo que copiamos y dice así: “Hermoso sería, en efecto, que el 31 de agosto de 1813 cumplido ese ofrecimiento pudiera celebrarse el centenario del horrible incendio que destruyó a San Sebastián, con la inauguración del nuevo ensanche conseguido al mar; temo, sin embargo, que si a ello se va resueltamente se imponga la preparación de otro centenario en el cual las aguas produzcan efectos análogos, aunque menos intensos que los que cien años hace produjo el fuego”.
Ya ven, pues, los donostiarras como procede “La Voz de Guipúzcoa”. Cuando sus tendenciosas campañas en defensa de los intereses creados en contra de proyectos que benefician al pueblo han fracasado, muestra su mal disimulada alegría para extraviar a la opinión, más todos conocemos la sinceridad de ese sentimiento, revelador tan solo del tremendo fracaso que les abruma.
Así es el órgano del Casino cuando fracasó su despiadada campaña contra el Kursaal y el Ensanche de Gros, muestra su alegría porque, según ella son los donostiarras los que se hacen cargo del negocio; en cambio cuando los donostiarras y toda la Prensa local claman al unísono porque una Sociedad extranjera explota al pueblo en el Casino, se calla deliberadamente y justifica a esa “entidad extranjera” ante el pueblo sacrificado, publicando su manifiesto.
La Sociedad Inmobiliaria y del Gran Casino Marítimo de San Sebastián, en su memoria correspondiente a 1919, comenzaba por recordar el nuevo Consejo de Administración formado por: Presidente, don José Antonio Zulaica; Vicepresidente, don Manuel Odriozola; Administrador Técnico, don Lucas Alday; Vocales; los señores Honorato Sáenz Alonso, Pedro Zaragüeta, Miguel Imaz, Jules Robert, Henri Malleville y Vicente Zulaica; Vocal se Secretario: don Ignacio Amiel.
La primeras parte del Acta dice que “Dos han sido las principales finalidades que hemos perseguido durante nuestra actuación, siguiendo la norma trazada por vosotros (los accionistas). Hemos dirigido nuestra actividad, en primer lugar, a ultimar los trabajos de primera zona, con el objeto de poner los terrenos ganados al mar, en las mejores condiciones de edificación y en segundo término, a asegurar la construcción del Gran Kursaal en el más breve plazo”.
Los 1.500 títulos precisos para obtener la cantidad de 750.000 pesetas, importe de las obras presupuestadas para el primer año se habían cubierto sin necesidad de acudir a la suscripción pública.
“Contratadas las fundaciones de este edificio al finalizar el año, la mayor parte de la construcción llevada a cabo, corresponde a los primeros meses del ejercicio actual (1919). De la actividad que los contratistas han desplegado, os señalaremos el hecho de que en cinco meses se han puesto en obra 7.000 metros cúbicos de mampostería hidráulica y se han realizado a la vez todas las excavaciones necesarias.
Nuestro Arquitecto Director, don Lucas Alday, ha encontrado el medio de continuar con la misma actividad las obras, sin hacer esperar a los parámetros exteriores, que serán aplicados a medida que se realicen los trabajos del interior. Es de presumir, por lo tanto, que de continuar esta labor con el impulso iniciado, en breve tiempo podrá ser un hecho el Gran Kursaal, no obstante las desfavorables circunstancias porque hoy atraviesa la industria de la construcción”
Según fueron realizándose las obras, el proyecto sufrió una importante modificación: el año 1920 se acordó introducir en los planos un salón de teatro en el ángulo sudeste del edificio, obligando a cambiar la distribución interna original y la parte de la fachada afectada por el nuevo proyecto. Este planteamiento del Gran Kursaal, aprobado por el Ayuntamiento, permitió contar con un salón de actos con aforo para más de 800 personas. El primitivo proyecto, con dos plantas: sótano y principal, fue ampliado, con la construcción del teatro, a un patio de butacas, situado a 1,60 metros más bajo que la rasante de la calle, y dos pisos más para palcos. El teatro, en el nuevo proyecto, quedaba unido al Casino por un majestuoso hall del que se accedía por amplia y espaciosa escalinata.
Todo ello hizo que la revalorización del solar fuera constante, así como la de los terrenos más cercanos. Sirvan como referencia estas cifras: En 1917 se vendieron parcelas por valor de 100.000 pesetas, a razón de 250 metro; en 1919 la cifra había ascendido a 258,75 pesetas, y los terrenos vendidos en 1920 se cotizaba, ya, a cuatrocientas pesetas.
Edificio ecléctico, de estilo francés, flanqueado por dos torres de base rectangular y con sus extremos superiores calados, construidos de hormigón armado con fachada de sillería arenisca, fue inaugurado, con honores propios de los grandes acontecimientos, el 29 de julio de 1922.
A las 4,30 de la tarde del 29 de julio de 1922 se convertía en, un hecho real el ambicioso proyecto de construir el Gran Kursaal.
El citado día y a la mencionada hora, llegó a las escaleras centrales del edificio la Reina María Cristina, acompañada por los infantes Carlos, Luisa y Rainiero y del Príncipe Pío de Saboya.
En la entrada esperaban las primeras autoridades y, todos juntos, visitaron el Gran Kursaal, dedicando grandes elogio a la pintura de la bóveda, realizada por Vila Prades, y a las que decoraban diversos ángulos del hall, debidas al pincel de Néstor Fernández de la Torre, pasando a ocupar los palcos de honor del teatro.
La Orquesta Filarmónica dirigida por el maestro Pérez Casas, interpretó la obertura de “Freischütz”, de Weber y “Los preludios” de Liszt, seguidamente actuó la pareja de baile “Mis Thina and Girardy”.
A continuación fue servida una cena fría, prolongándose hasta la madrugada la primera velada del Gran Kursaal donostiarra que, con su nombre, venía a recordar aquel primer Kursaal del que hemos hecho referencia al escribir sobre los primeros casinos de San Sebastián.
“Cruzar el puente de la Zurriola y observar el espléndido edificio durante muchos meses y hasta años el pasatiempo favorito de quienes luego, en las tertulias, comentaban junto con la bondad de la obra las mil vicisitudes por las que atravesó”.
En la Memoria de la Sociedad correspondiente al año 1922 se recogía que:”Como predecíamos en nuestra anterior Memoria, el mes de junio de éste año se celebró con gran solemnidad la apertura del edificio Gran Kursaal, que ha sido sancionado por la crítica, como modelo de los edificios de este género, tanto por su elegancia como por el confort que en él se encuentra, demostrado por la gran afluencia de público que en todo momento lo llena”.
Sin embargo, a pesar de todo, no parece que la perspectiva política de los promotores del Gran Kursaal estaba muy cerca a la realidad, pues tanto su construcción como primeros meses de vida se desarrollaron con una actividad distante a los hechos concretos que se avecinaban: el Juego estaba amenazado y su prohibición, con el consiguiente cierre de los casinos, estaba muy próxima.
ESTUDIO DEL EDIFICIO
Sometido el proyecto al estudio de la Junta de Espectáculos, por motivo del teatro que se iba a instalar en uno de los anejos, fue aprobado el 31 de marzo de 1922.
Del referido proyecto, formulado por el arquitecto don Lucas Alday, se deduce que:
La sala de espectáculos esta instalada en el ángulo S.E. del edificio. Tiene dos fachadas lindantes con el exterior y otras dos con el resto del edificio. Las dos fachadas exteriores son: la principal, que linda con la Gran Avenida de 35 metros y la lateral derecha o Este, que linda con una calle de 10 metros.
Tiene la sala cabida para 859 espectadores, distribuidos en la siguiente forma:
Primera planta de butacas………….. 416 espectadores
Segunda planta primer balcón……… 224 espectadores
Tercera planta segundo balcón…… 216 espectadores
En la primera planta 308 espectadores están situados en las butacas y 108 en palcos, calculándose por cada palco, seis espectadores.
Toda la estructura interior de esta sala, como el resto del edificio, es de hormigón armado, con fachada de mampostería hidráulica y sillería arenisca, con exclusión absoluta de la madera excepto en puertas y ventanas y algunos entarimados, pudiéndose considerar, por consiguiente, como un edificio incombustible.
El solar que ocupa el edificio denominado Kursaal con sus terrazas que lo rodean tiene la forma de un polígono irregular de cuatro lados rectos y uno curvo, sirviendo de acuerdo a dos de ellos, que son el del Oeste y el del Norte. Mide todo el solar una superficie de 8.00 m² correspondiendo 4.895 m² al edificio propiamente dicho y 3.115 m² a las terrazas que le rodean.
Linda este solar, por el Norte o espalda con el paseo público de 20 metros de anchura que bordea el mar; por el Sur o frente a la Gran Avenida de 35 metros de ancho, prolongación del nuevo puente que es por donde el edificio tiene su entrada principal; por el Este o derecha, con el resto del solar de 12.000 m² perteneciente a la Sociedad Inmobiliaria y del cual se ha segregado; y por el Oeste o izquierda con el paseo público de 20 metros que bordea el río Urumea al desembocar en el mar.
El inmueble consta del edificio Kursaal propiamente dicho y de las terrazas que le circundan.
El edificio tiene la forma rectangular, con pequeños salientes en tres de sus lados, dos torres en la entrada principal en la fachada de la Gran Avenida, dos pequeñas rotondas en la fachada oeste y una rotonda con dos torres en la fachada norte.
Todo él es de carácter monumental; tiene sótanos y planta baja y solamente en la fachada principal y entre las dos torres tiene una segunda planta. Debajo de las terrazas existen también sótanos, cuya rasante, así como las de los sótanos del edificio, está a tres metros más bajo que el de las calles que le rodean. La rasante de la planta baja del edificio y de las terrazas está a dos metros y medio sobre la calle.
En sentido normal a la Gran Avenida o fachada principal, está divido el edificio en tres grandes cuerpos, que son: el central, que es por donde tiene su ingreso el edificio por una escalinata de piedra situada sobre la Gran Avenida y que da acceso a un pequeño vestíbulo donde están los servicios de aquella y administración. Este vestíbulo comunica a su vez con un gran salón-vestíbulo en donde están los servicios de guardarropa y portería que comunica con el Hall central por el frente y con el Teatro y Círculo por el Este.
El Gran Hall Central, es un gran salón de doble altura que los salones que le rodean, iluminado cenitalmente por una vidriera artística y sostenida por una columnata de mármol artificial de color rojo y pavimentado de color rojo y blanco. Constituye este Hall la dependencia principal del Kursaal unido a la sala posterior o de rotonda y al vestíbulo forman los tres salones del núcleo central del edificio. Tanto los vestíbulos de entrada como la sala posterior, a continuación del Hall están pavimentados de mármol.
AL oeste de este núcleo, está el segundo cuerpo, compuesto también por otros tres salones unidos entre si y sin más y sin más separación con la parte antes descrita que una arquería completamente abierta.
Estos tres salones, que se destinan a restaurante y baile, constituyen en realidad uno solo, porque tienen la misma decoración y composición y no están separados más que por grandes arcos.
El tercer cuerpo, osea el del Este, está a su vez constituido en dos partes: que son el Círculo y Teatro.
El gran vestíbulo anteriormente descrito está en comunicación inmediata con otro gran salón o vestíbulo que comunica a su vez con las dependencias que estamos describiendo y sirve de antesala al Círculo por el Sur y al Teatro por el Oeste.
El Teatro ocupa el ángulo Sureste del edificio y tiene todas las dependencias que corresponden a un local de esta clase. Consta, como todos los edificios de primera categoría de este género, de sala de espectadores, escenarios, cuartos de artistas y almacenes.
La sala tiene forma clásica de armadura y consta de planta de butacas, planta de palcos principales y planta de palcos segundos. La planta de butacas está sótanos y se desciende a ellos por una gran escalera de mármol que está en el Gran Vestíbulo, común al Teatro y Círculo anteriormente descrito.
La planta de palcos principales está a la rasante general del resto del edificio destinado a Kursaal y la planta de palcos segundos a la altura inmediata entre el suelo y la cubierta del edificio.
El escenario, que tiene las dimensiones que corresponde a un teatro de primer orden, consta de foso, escenario, peine y balcones de maniobra indispensables. La boca del escenario tiene el telón de cortina y los del agua y metal para incendios.
La sala está decorada de gris y oro en sus estructuras y al estilo de Luis XVI el resto del edificio. La instalación eléctrica del escenario es también como la que corresponde a un teatro de esta categoría, pues además del aparato de órgano, lleva una doble instalación eléctrica de alumbrado; una correspondiente al sistema corriente de decoración y otra moderna llamada horizontal.
El Círculo, que constituye otra parte del tercer cuerpo que estamos describiendo, ocupa el lado Nordeste del edificio y consta del Círculo propiamente dicho, de un ante—salón con sus dependencias, de la Caja y del Bar. El Círculo es un gran salón doble y de forma rectangular, cuyo techo decoran dos grande vidrieras artísticas que sirven además para dar luz y ventilación.
El ante-salón es una galería con luz cenital donde están los servicios de escritorio y guardarropía y que pone en comunicación el Círculo con los vestíbulos de entrada antes descritos. La Caja es una pequeña dependencia de ese Círculo donde están los servicios de administración del mismo. El Bar está en el Sótano, pero en comunicación con el Círculo por medio de una escalera particular.
Los sótanos del edificio están destinados en gran parte al servicio de las dependencias anteriormente descritas; calderas de calefacción y todo el servicio de cocinas con los departamentos de pastelería y cafetería, fregaderos para plata, cristal, y cobre, economato y bodega. Todo ello en directa comunicación con el Restaurante y Bar.
Debajo Del Círculo, en comunicación con el escenario, están los cuartos de artistas, los almacenes del escenario y el servicio de guardarropía del teatro. Otra parte de los sótanos está habilitada para servicios de peluquería, tocador de señoras y retretes de señoras y caballeros, limpiabotas, etc.
La estructura exterior e interior de este edificio es la siguiente: los muros de cimentación, tanto del edificio como de las terrazas, de mampostería hidráulica. Asimismo con los muros de fachada que están revestidos de sillería arenisca, excepto la fachada del Este que es de mampostería revestida de cemento.
Las columnas interiores, los suelos, escaleras y cubiertas son de hormigón armado, estando el hormigón de las cubiertas revestido del llamado cemento volcánico y baldosa para su impermeabilización. El Hall central, que sobresale del resto del edificio, está cubierto por un sistema mixto de pizarra y cristal a causa de su eliminación central.
(De “Gestión del Municipio de San Sebastián”. Baldomero Anabitarte, 1901-1925)
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