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REPRESENTACION AL EXCMO. SR. DUQUE DE CUIDAD RODRIGO DESDE SAN SEBASTIAN


 

Excmo. Sr.---Como Comisionados del Magistrado y vecinos de la desgraciada Ciudad de San Sebastián, hemos tenido el honor de dirigir a V. E. una representación, solicitando su poderosa protección a favor de nuestros conciudadanos. Ahora nos vemos precisados a renovar su triste situación, y la imposibilidad en que se halla el Magistrado instalado en esta Ciudad por disposición superior para atender a los objetos más urgentes, si V. E. por un efecto de compasión y autoridad nos facilita un pronto socorro.

La Ciudad ve acercarse a los habitantes a su antiguo pueblo, a cuya sombra quieren acogerse para procurar la existencia de sus familias, pero se halla en la imposibilidad absoluta de limpiar las calles y destruir paredes que peligran; poner corrientes a la fuentes y atender a otros objetos indispensables sin los cuales es imposible vengan los habitantes. Aún los más de estos necesitan socorro y el Ayuntamiento no tiene medios para ello a no ser que V. E. disponga que se den 2.000 raciones diarias, con las cuales se buscarán operarios y se socorrerá a los infelices.

Otro objeto de mayor interés es el que los habitantes hallen en donde albergarse de la intemperie, y poder establecerse por el pronto aunque sea con la mayor estrechez e incomodidad; pero para que esto se verifique es preciso que todos los edificios públicos se pongan a disposición del Ayuntamiento, reservándose el Convento de San Telmo y la iglesia de Santa Teresa para la tropa y almacenes y dejándose las iglesias, cárcel y unas cuarenta casas que quedan parte derruidas para el uso del vecindario sin que se empleen en otro objeto ni se ocupen con alojamientos militares.

La penetración de V. E. conocerá lo imperioso de las circunstancias y que el cumplimiento de nuestros deberes nos obliga a hacerle estas súplicas, cuyo buen resultado esperamos del justo y compasivo carácter de V. E.

Repetimos a V. E. nuestro profundo respeto y admiración y rogamos al Sr. Por las mayores prosperidades de V. E.

San Sebastián, 12 de Septiembre de 1813

Excmo. Sr.-Como Comisionados del Ayuntamiento y vecinos de San Sebastián. José María Soroa y Soroa—Joaquín Luis Berminghan.

Excmo. Sr. Duque de Ciudad Rodrigo.

 


RESPUESTA DEL EXCMO. SR. DUQUE DE CIUDAD RODRIGO A LA PRIMERA REPRESENTACION DE LA CIUDAD


 

 

El Excmo. Sr. Duque de Ciudad Rodrigo me manda manifestar a V. S. S. que ha visto con el mayor sentimiento la exposición que en 8 del corriente le han dirigido V. S. S. expresando las pérdidas que han experimentado los habitantes de San Sebastián.

S. E. ha visto con dolor la quema y ruina de San Sebastián cuya desgracia debe atribuirse a la causa que han producido a la España tantos y tan repetidos males.

El bien general exigía que la plaza fuese atacada y tomada, y en los esfuerzos que al efecto se hicieron se pegó fuego a la ciudad resultando los males y desgracias que V. S. S. indican, lo que no puede reflexionarse sin que los males parciales que han ocurrido, disminuyan en gran manera las satisfacciones que ha proporcionado la redición de la plaza de San Sebastián, cuyos edificios, si el fuego no los hubiera devorado, hubiera sido de mayor utilidad a los ejércitos.

Lo que digo a V. S. S. de orden de S. E. en contestación a su expresado papel.

Dios guarde a V. S. muchos años. —Lesaca 15 de Septiembre de 1813.- José O′Laurol, Secretario Militar—Señores y Principales habitantes de la Ciudad de San Sebastián.

 

RESPUESTA DEL EXCMO. SR. DUQUE DE CIUDAD RODRIGO A LA             SEGUNDA REPRESENTACIÓN DE LA COMISIÓN DE LA CIUDAD

 

El Excmo. Sr. Duque de Ciudad Rodrigo a recibido la representación que V. S. S. le han dirigido en 12 del corriente, y le es muy sensible no tener facultades ni medios de conceder las dos mil raciones que V. S. S. piden para socorrer a los que trabajen a descombrar las calles, limpiar las fuentes, etc.

Les es a V. S. S. notorio que es un extranjero y que además de tener que atender a la subsistencia del ejército Británico, tiene que ocurrir con cantidades de dinero y víveres al entretenimiento de los Ejércitos españoles empleados en la defensa de la Nación que hasta ahora no les ha prestado lo que necesitan para su manutención y pagas.

En cuanto a la solicitud de V. S. S. acerca de que solo se ocupen por las tropas el convento de San Telmo y la iglesia de Santa Teresa lo tendrá en consideración; y no permitirá que se ocupen por la guarnición y demás, más edificios que los muy necesarios.

Lo que digo a V. S. S. por orden de S. E. en contestación a su citada representación.

Dios guarde a V. S. S. muchos años.- Lesaca, 18 de Septiembre de 1813. —José O′Laurol, Secretario Militar.- Señores Comisionados del Ayuntamiento y vecinos de la Ciudad de San Sebastián.

 

REPRESENTACION DE LOS COMISIONADOS DE LA CIUDAD AL EXCMO. SR. DUQUE DE CIUDAD RODRIGO

 

Excmo. Sr.: --Comisionados por la Ciudad de San Sebastián y sus principales vecinos para reclamar en favor de ella y sus habitantes dispersos cuanto podía conducir al alivio de una multitud de familias desgraciados, creímos de nuestra obligación el excitar la piedad de V. E. en una representación que con fecha 8 de Septiembre tuvimos el honor de dirigirle desde el barrio de Zubieta jurisdicción de la Ciudad.

Nos limitamos en ella a indicar a V. E. sucintamente las horribles desgracias de nuestra patria, a solicitar a favor de sus desvalidos habitantes un pronto socorro y a manifestarle una ciega confianza en su protección para la regeneración de un pueblo tan sobresaliente en patriotismo, como lo ha sido el de San Sebastián.

Dista mucho de nosotros la idea de que V. E. no aspire a colocar entre los muchos honoríficos títulos, tan justamente merecidos el de nuestro restaurador.

Ni la respuesta a nuestro oficio de 8 de septiembre, que el Señor O′Laurol se ha servido dirigirnos en nombre de V. E. con fecha 15 del mismo, ni la que el mismo Sr. Laurol ha hecho a la Ciudad en fecha 18 de Septiembre último en contestación a un oficio de aquella de 12 del mismo, han desimpresionado nuestro concepto.

La Ciudad de San Sebastián era el centro de la reunión de los capitales que fomentaban el comercio e industria de esta Provincia; la destrucción de la primera es la precursora de la ruina de esta última.

Los habitantes de la ciudad se gloriarán eternamente de los extraordinarios sacrificios que hacen por el bien general en la justa causa que la Nación sostiene con el poderoso apoyo de la Gran Bretaña y el de un ejército invencible, bajo las órdenes de tan digno Jefe; se resignarán gustosos a padecer las privaciones momentáneas dimanadas de la catástrofe ocurrida el día del asalto a la plaza y los días sucesivos; el amor a la patria sofoca en ellos todos los sentimientos ocasionados por los males parciales, cuando estos proporcionan ventajas o satisfacciones para el bien general.

Los Comisionados, Señor Excmo., tenemos la satisfacción de manifestar a V. E. los nobles sentimientos de los vecinos de San Sebastián tan propios de su carácter.

Convencidos de que los grandes sacrificios que hace la Gran Bretaña a favor de nuestra causa, y la necesidad de atender a la subsistencia del Ejercito Español, no permiten a V. E. atender a los indigentes de San Sebastián, no debemos insistir en lo relativo a este punto; pero no podemos prescindir de hacer los recursos que se juzguen oportunos para conseguir la indemnización de las pérdidas que se han experimentado.

Los males parciales sufridos por los propietarios y vecinos de San Sebastián son notorios; las ventajas proporcionadas con este sacrificio al bien general lo son igualmente, y la reclamación a la indemnización parece justa. Los recursos de la Ciudad y sus comisionados sin el apoyo de V. E. pudieran ser débiles, la decisión lenta y su éxito dudoso; recomendados por V. E.  a los respectivos gobiernos prometerían los más felices resultados. ¿Y que no debería esperarse si V. E. dignándose dispensar su poderosa protección a la infeliz Ciudad de San Sebastián, reclamase directamente en su favor los socorros que tan justamente solicita?

¡Ah! ¡Y que día tan glorioso sería para los desgraciados aquel en que V. E. por un impulso de su generoso corazón prometiese su protección a los habitantes de San Sebastián!

Se olvidarían las penas y trabajos sufridos, se consolidaría la resignación para los venideros y una confianza ilimitada en V. E. desvaneciendo aún la memoria de los desastres de más de cinco años, infundiría nuevo valor al constante patriotismo de todo este país.

El estado lastimoso de la Ciudad y sus habitantes van en progresión creciente de día en día; nuestros compatriotas guipuzcoanos no se hallan en estado de socorrernos sino débilmente; no podemos prescindir de poner en consideración de V. E. nuestra situación, suplicándole con las mayores veras, se digne declararse nuestro protector.

Somos con la más alta consideración de V. E. muy rendidos servidores. Usurbil 15 de Octubre de 1813. —Excmo. Sr. Por Comisión especial de la Ciudad: Joaquín Luis de Berminghan. —José Ignacio de Sagasti.


 

RESPUESTA DEL EXCMO. SR. DUQUE DE CUIDAD RODRIGO A LA REPRESENTACION PRECEDENTE

 

Hasta hoy no he recibido la carta de V. S. S. de 15 de octubre último; y me es muy sensible no poder ser de utilidad alguna a la Ciudad de San Sebastián.

El curso de las operaciones de la guerra hizo necesario de que la expresada plaza fuese atacada para echar al enemigo del territorio español; y fue para mí un asunto de mayor sentimiento el ver que el enemigo destruyó por su antojo.

Los libelos infamatorios que se han circulado acerca de este asunto, en las que se ha atribuido a las tropas de mi mando y en virtud de orden de sus oficiales la destrucción de la ciudad(sin embargo de que en gran parte fue quemada y de que en cinco o seis partes ardía cuando entraron en ella por asalto) hacen que sea esta una materia muy delicada para que yo pueda de manera alguna mezclarme en ella, y deseo vivamente no se me hagan nuevas representaciones acerca de ella ni tener motivo de escribir nuevamente sobre este asunto.

Dios guarde a V. S. S. muchos años. Vera 2 de Noviembre de 1813. –Welington Duque de Ciudad Rodrigo. Señores Comisionados de San Sebastián

 

REPRESENTACION DE LOS COMISIONADOS DE LA CIUDAD AL EXCMO. SR. DUQUE DE CIUDAD RODRIGO

 

Excmo. Sr.- A principio del mes pasado tuvimos el honor de dirigir a V. E. una representación sobre el infeliz estado de la Ciudad de San Sebastián.

El no haber recibido contestación a ella no podemos atribuir sino a su extravío.

En este concepto tomamos la libertad de incluir de V. E. una copia de ella.

Permítanos V. E. que al mismo tiempo le hagamos presente, que en algunos periódicos ingleses se insulta ya a nuestra desgracia no menos que a nuestro honor, fundándose acaso los autores de estos insultos en que nuestro silencio procede de algún remordimiento sobre nuestra conducta en tiempo de la dominación francesa; y aún hemos visto con sentimiento que uno de lo últimos ha llegado hasta el punto de suponer que nuestras calamidades no deben considerarse sino como un castigo bien merecido por nuestra adhesión a los franceses, añadiendo que esta es la opinión de toda la provincia de Guipuzcoa.

Nuestro silencio, Señor Excmo. Ha sido ocasionado por consideraciones mucho más importantes; procede de un origen más elevado que las ideas de nuestros calumniadores; la catástrofe de San Sebastián no ha entibiado nuestro amor a la causa que defendemos, ni nuestro reconocimiento a la Gran Bretaña, ni tampoco disminuido nuestra admiración y respeto a las virtudes de V. E.

No debemos pues, detenernos en reflexiones inútiles para la penetración de V. E. sobre el primer punto, y mucho menos en lo relativo a la suposición falsa del periódico Inglés, hallándonos firmemente persuadidos de que V. E. está convencido de los nobles sentimientos de los vecinos de San Sebastián.

Nos es doloroso la necesidad de que lidie nuestra pluma en los en los periódicos en defensa de nuestro honor.

Tenemos la satisfacción de que nuestros escritos no se dirigen sino contra los impostores y los que han podido incurrir en algunos excesos. No confundiremos con ellos a los hombres virtuosos que lloran nuestras calamidades, aunque no podemos evitarles el triste recuerdo de ellas.


En este concepto no debemos vacilar en reiterar a V. E. nuestras anteriores súplicas, que esperamos tendrán siempre favorable acogida.

Somos con la más alta consideración de V. E. muy rendidos servidores. San Sebastián 2 de Noviembre de 1813. Excmo. Sr. —Por comisión especial de la Ciudad—Joaquín Luis de Berminghan—José Ignacio de Sagasti.

 

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