PROYECTO DE CONSTRUCCION DE UN CASINO EN LA BRECHA
ILUSTRISIMO AYUNTAMIENTO DE SAN SEBASTIAN
Los que suscriben, exponen con toda atención a V. S. que han concebido el proyecto de edificar un casino público cuyo objeto sería proporcionar mediante una módica retribución un punto de reunión agradable a las familias forasteras que concurran en la estación de Verano a esta ciudad.
El edificio en proyecto constaría de un salón destinado a conciertos y bailes públicos y de diferentes salas destinadas a café, biblioteca, lectura, billares, juegos permitidos y conversación.
Esa idea la han comunicado a algunos amigos a quienes ha merecido la más favorable acogida y esperan encontrarla también en otros que no tienen conocimiento de ella.
Los exponentes, después de haber reconocido con detenimiento los solares comprendidos en la zona de ensanche, no han encontrado otro emplazamiento más a propósito que el que hace frente a los dos paseos de la Alameda y de Santa Catalina y se señala en el adjunto plano con la extensión de setenta metros de largo y veinte y cuatro de fondo que son las dimensiones que se darían al casino proyectado.
En efecto, si el casino se edificara en el emplazamiento que se ha elegido, reuniría aparte de sus magníficas vistas sobre las dos playas, sobre los dos paseos de la Alameda y de Santa Catalina y sobre el soberbio panorama que se extiende desde el monte de Ulía hasta el territorio de Francia la ventaja de ocultar las casas feas de la vieja población anteriores al incendio de 1813 y hasta el mercado mismo, que quedaría atrás y embellecería y adornaría aquella parte, hoy la de peor aspecto de esta ciudad.
Una dificultad se opone a la ejecución del proyecto propuesto a V. S., insuperable tal vez para los exponentes pero, insignificante y fácil de salvarse, si esa ilustre Corporación creyera oportuno acoger y patrocinar dicho proyecto, V. S. se habrá anticipado ya a comprender esa dificultad la cual consiste en que el Casino habría de ocupar una parte del terreno destinado hoy al Mercado en cuyo caso sería preciso retirar este edificio en la alineación del paseo de la Alameda algo más de lo dispuesto en la reforma de ensanche aprobado por Real decreto de 29 de mayo último. En una palabra, el plano citado tendría que sufrir otra insignificante reforma, y de esta resultaría para esa Corporación la necesidad de adquirir algunos pequeños solares situados en el punto conocido con el nombre de la Brecha.
Hay que hacer presente a V.S. que aún edificándose el Casino quedaría a su espalda la suficiente área para un mercado adecuado a las necesidades de una población mayor que la que se alberga en esta ciudad, dejándose entre ambos edificios una calle de diez metros de ancho.
Perdido sería el tiempo que los exponentes empleasen en demostrar la conveniencia y utilidad públicas del edificio que se proponen construir. San Sebastián posee una de las playas más grandiosas y seguras de Europa: está dotada interior y exteriormente de magníficos paseos; el panorama que se extiende en su derredor es pintoresco hasta la poesía; surgen hoy como por encanto los edificios particulares en la zona de ensanche de manera que desde el verano próximo las familias forasteras encontrarán abundantes, cómodas y bien ventiladas habitaciones de que hasta ahora habían carecido.
Lo que se echa de menos en esta ciudad, colocada por la Providencia en condiciones tan ventajosas para luchar y competir con los pueblos más favorecidos, es un Casino público provisto de salones espaciosos y elegantes en donde las familias forasteras puedan a todas horas reunirse y entregarse a la conversación a juegos lícitos y a los inocentes placeres del baile y de la música.
Además la construcción de un salón para bailes y para conciertos públicos, sobre todo para estos últimos se ha hecho una verdadera necesidad. V.S. lo sabe mejor que los exponentes, porque cuando llega la estación del verano se ve con frecuencia en la alternativa de negar a los artistas la protección que siempre se les ha dispensado en esta ciudad, o de concederles su salón de sesiones contra lo dispuesto en repetidos acuerdos de esa misma Corporación.
Nadie hay en esta ciudad a quien se oculte la conveniencia de aumentar en lo posible la concurrencia de familias de forasteros que se dirigen a ellas en la estación del verano. Todos, si estuviera en sus manos, impedirían que esas familias después de haber disfrutado de nuestra incomparable playa, marchen, como sucede hoy, a otros puntos del extranjero en donde dejan cuantiosas sumas de dinero; pero debe tenerse en cuanta que la mayor parte de esas familias se ausentan de nuestra ciudad en busca del recreo y de las distracciones: preciso es crear atractivos entre los cuales los casinos públicos figuran en primera línea. Urge, en fin, y es cuestión de verdadero y bien entendido patriotismo, que se hagan toda clase de esfuerzos para atraer a nuestro pueblo el gran manantial de riqueza que va de año en año en aumento y, cuya corriente podría, si se descuidase, tomar la dirección de otros puntos. Este es el objeto que se ha tenido a la vista al concebir el proyecto de un casino público. Toda idea de interés privado, lo más remota es ajena a los exponentes. Un sentimiento único y exclusivo los mueve a dirigirse a V.S.: ese sentimiento es el del civismo y del amor a las clases todas de esta ciudad y muy particularmente de las menos acomodadas por ser estas las primeras partícipes en la riqueza y en el bien estar que se han propuesto desarrollar.
En su virtud:
A V.S. Suplican se sirva acoger y patrocinar el proyecto, y dado el caso de que los exponentes lograsen, como lo esperan, formar la Compañía que habrá de construir el Casino proyectado, promover el oportuno expediente para que haciéndose en el plano de ensanche la insignificante reforma que se ha indicado en el cuerpo de esta instancia se declare de utilidad pública dicho edificio propuesto por los exponentes.
Dios guarde a V.S. muchos años.
San Sebastián 23 de octubre de 1866
Firmado: J. Venancio de Bermingham, Joaquín G. de Echagüe,
Bernabé de Aguirre, Manuel Aramburu, José Manuel de Brunet,
Ramón de Brunet.
SEÑOR GOBERNADOR CIVIL 23 de mayo de 1867
El Ayuntamiento de esta capital tiene el honor de elevar a manos de V.S. las adjuntas exposiciones y copias de los acuerdos que sobre ellas ha tomado acerca de la construcción de un Casino público en terrenos propios de esta Ciudad demarcados en el adjunto plano.
Las razones que apoyan el pensamiento del casino están consignadas en esos mismos acuerdos y solo añadirá el Ayuntamiento que considera tan de interés general el Casino proyectado en las circunstancias de esta población que la municipalidad hubiera por sí ejecutado la obra siempre que hubiese contado con los recursos suficientes y hubiese encontrado en sus atribuciones medios de llevarlo a efecto.
Satisfactorio es que haya nacido una empresa que por patriotismo más que por especulación, se ofrezca a levantar esa obra que tanto ha de embellecer la ciudad; el Ayuntamiento faltaría a sus deberes si no la acogiese de lleno y pide con todo interés el apoyo de la autoridad superior de V.S.
Por Real decreto de 29 de mayo de 1866 publicado en la Gaceta de Madrid se varió previo expediente, el plano primitivo de ensanche de esta ciudad en la parte de unión de la población antigua con la moderna, autorizando la formación de un paseo o Alameda desde la plaza vieja hasta el murallón de la Zurriola, por cuya reforma resultó la necesidad de alterar la situación del Mercado proyectado y consiguientemente de las calles y puntos accesorios. A su virtud por Real orden de 24 de julio del mismo año se aprobó la modificación que se autorizaba por el citado Real decreto.
Ahora, para poner esa modificación en armonía con la construcción del Casino público, se hace indispensable atrasar el alineamiento del Mercado 30 metros en los términos que demuestra el plano que acompaña. Si el Mercado se construyera en el alineamiento anterior llevaría el inconveniente de haber de hacerse en contacto con los dos paseos públicos más concurridos de la Ciudad, exigiendo además en su fachada una ornamentación dispendiosa, al paso que el Casino viene a llenar este vacío más en analogía con los paseos y teniendo en sí una ornamentación muy propia del lugar que va a acopar.
El Ayuntamiento suplica a V.S. quiera imperar de la superioridad la autorización necesaria para que el mercado se construya en el sitio designado en el plano adjunto trazado por el arquitecto municipal.
Dios guarde ………
SEÑOR GOBERNADOR
El Ayuntamiento de esta ciudad, cumpliendo en lo mandado en el decreto que precede, debe manifestar que el proyecto de construcción del casino es de interés público y conocidamente beneficioso para esta población según expuso a V.S. en 23 de mayo último, por lo tanto esta Corporación se halla en el caso no solo de aprobar el pensamiento, sino de apoyar y protegerlo como así lo tiene acordado.
La situación del terreno y sus dimensiones están demarcadas en el plano que acompañaba al citado oficio de 23 de mayo, siendo indudable que pertenece a los propios de esta ciudad, bajo cuyo concepto el Ayuntamiento está enteramente conforme en que a tasación de peritos se ceda para construcción de casino público ingresando su importe en la Tesorería de Hacienda en la misma forma que los demás productos de este ramo.
La Comisión de Ventas de propiedades y derechos del Estado en su autorizado informe reconoce que esta obra es de interés general para esta ciudad. Una vez hecha la declaración correspondiente en ese sentido, no habría necesidad de recurrir a la expropiación forzosa. Este medio solamente tiene lugar cuando hay oposición; pero se trata en el caso presente de terrenos propios y este Ayuntamiento está muy lejos de oponerse a la cesión de los necesarios para ejecución de una obra que según ha expuesto arriba y también en su anterior escrito considera de una utilidad notoriamente manifiesta para este vecindario.
Confía esta Corporación en V.S. bien enterado como se halla de las condiciones de esta ciudad y abundando en las mismas ideas prestará por su parte al proyecto que es objeto de este informe, el poderoso y eficaz apoyo de su autoridad.
San Sebastián 7 de junio de 1867.
ESCRITO DE RESPUESTA DEL GOBERNADOR
Remito a V.S. adjunto el expediente que se instruye en éste Gobierno de provincia a instancia a del Ayuntamiento de esta Ciudad, sobre que se declare de utilidad pública la construcción de un casino en parte de un terreno designado para Mercado en la zona de ensanche de esta Capital, para que con devolución del mismo y a la posible brevedad, se sirva V.S. manifestarme cuanto crea conveniente.
Dios guarde a V.S. muchos años, San Sebastián, 19 de agosto de 1867.
A LA JUNTA DE ENSANCHE DE ESTA CAPITAL
Hay un sello en la parte superior izquierda que dice:
GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE GUIPUZCOA
Sesión de agosto 22/67- escrito a mano que significa despachado en el Ayuntamiento.
El Secretario del Ayuntamientos hace la siguiente convocatoria:
Se convoca a la Casa Consistorial a los señores que compone n la Junta de Ensanche para las cinco horas de la tarde de mañana a efecto de evacuar un informe que pide el señor Gobernador acerca del expediente relativo al establecimiento de un casino en esta Ciudad.
San Sebastián 2 de agosto de 1867
El Secretario: Eduardo de Egaña. El proyecto queda desestimado.
P.D. En la fotografía dice: El primer proyecto de casino. El edificio se hubiera ubicado en donde hoy se encuentra el Centro Comercial La bracha, con fachada al Boulevard, que se alargaba hasta algo más allá de la actual calle Aldamar
División de las manzanas en solares P A R R A F O III División de las manzanas en solares Por lo que antes hemos dicho sobre la dirección de las calles en la nueva población, se deduce que sus edificios quedarán bien orientados y resguardados por completo de los vientos más incómodos y nocivos. Conseguida esta ventaja era además necesario distribuir la edificación en manzanas y estas en solares, de manera que no resultasen grandes masas, dejando libre acceso en las habitaciones al aire, a la luz y al calor del sol, agentes indispensables para su salubridad y saneamiento. Para satisfacer a estas condiciones y teniendo en cuenta el perímetro destinado al ensanche, nos ha parecido que lo mejor sería reunir varios edificios con espaciosos patios centrales, de modo que por lo menos quede con dos fachadas libres siendo las otras dos medianerías. En las manzanas destinadas a la clase acomodada, podrían construirse ocho casas; cuatro de ángulo con una superficie de 360 metros cuadrados ca...
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